
martes, enero 24, 2006
martes, enero 17, 2006
Caminando con él

¡Gloria sea a su nombre por siempre y para siempre!
viernes, enero 13, 2006
ALABANDO SIEMPRE

Hace algunos años, se convirtió un hombre que estaba siempre alabando al Señor. Vivía continuamente en la luz. A todo lo que decía en las reuniones le anteponía siempre las palabras: ¡Alabado sea Dios!
Una noche llegó a la reunión con la mano vendada. Se había cortado, y bastante mal. Bueno, pensé veremos cómo alaba a Dios ahora. Pero el hombre se puso de pie y dijo: -¡Me he cortado el dedo!, pero ¡alabado sea Dios! no lo perdi, como hubiera sido posible.
Si las cosas andan mal, recuerda que podrían estar mucho peor.
D.L. Moody
viernes, enero 06, 2006
Suscribirse a:
Entradas (Atom)