miércoles, junio 13, 2007

Adorar no es solo cantar, es un estilo de vida

Es elemental pero parece que pasan los años y seguimos sin entenderlo: la adoración que Dios recibe bien no es la de la boca, es la del corazón puro que se expresa a veces cantando.
Si el corazón está correcto, la adoración entonces está correcta. Pero si el corazón está contaminado y rebelde, la aparente adoración es rechazada en el Cielo.
La adoración más que tratar con tu calidad de voz o con tu habilidad musical, trata con tu corazón y el mío.
Hoy tenemos demasiada música abominable al Señor, no por la música en sí, sino por las malas actitudes y la mala condición del corazón de los ministros del altar.
Todos estos ministerios que cambian de cobertura y congregaciones a conveniencia están equivocados. Creen que su don los libera de vivir conforme a las normas de obediencia del Reino de Dios. Esto es falso, un gran don sin sujeción, es un peligro para la Iglesia, más un don en obediencia y sujeción es una gran bendición.


Adoración en Espíritu y verdad o fuego extraño

La Biblia está llena de ejemplos de adoración profana y abominable al Señor de pueblos paganos, pero también de adoración del pueblo de Dios, la cual fue una abominación al Señor por violar los principios de autoridad y sujeción del Reino. Veamos algunos ejemplos:

A. Génesis 4:4-7. Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín. En el verso 7 se nos da la razón del rechazo “mal vivir; el pecado”. La ofrenda y la adoración pueden ser rechazadas por Dios cuando el ofrendante vive mal.
B. Levítico 10:1-2. Nos narra el pecado de Nadab y Abiú, hijos de Aarón. Ellos eran sacerdotes y ofrecieron a Dios incienso. Es curioso pero el Señor lo rechazó y los castigó con la muerte. La explicación vino en la Palabra; ofrecieron fuego extraño que El nunca les pidió. Ellos irrespetaron el orden de autoridad establecida por Dios.
C. I Samuel 13. Este pasaje narra los momentos en que Saúl usurpa el lugar de Samuel como sacerdote para dar a Dios ofrendas ante la tardanza del profeta. Dios a través de Samuel, censura al Rey y le decreta el fin de su reinado. Su adoración violó los principios de autoridad, por tanto, su adoración y sus ofrendas se volvieron abominables ante Jehová.
¡Un mal corazón anula el poder de una buena ofrenda!


La caída del Edén: Independencia

El libro de Génesis nos narra en el capítulo 3 la caída de Adán y Eva en la tentación de la serpiente. Libros se han escrito sobre el tema para determinar quien fue realmente el culpable. Se ha dicho de todo, pero poco se ha hablado de que la caída se debió al afán del hombre por ser INDEPENDIENTE DE DIOS.
El hombre no pecó o cayó porque fue tentado; fue tentado y pecó porque se había salido antes de la protección del Reino. Adán y Eva cayeron porque se salieron del Reino. Ellos violaron los principios de autoridad del Reino del Señor.
Siguieron viviendo, pero las consecuencias persisten hasta hoy.

¡Independencia de Dios es Rebelión!

Lo Apostólico brega con el Orden Divino. No nos engañemos queridos apóstoles y profetas, apreciados ministros; hoy la demanda del Señor es mayor. Ministerios independientes solo implican que estos ministros están enfermos o son niños inmaduros que necesitan corrección.
La Independencia de Dios y de Su autoridad Delegada solo anticipa la caída y es evidencia de la necesidad que tiene un hombre de ser liberado y sanado de la aflicción de un espíritu de rebelión.
Si vamos a levantar altares de adoración en toda América, hagámoslo bien. El Orden de Dios debe ser respetado por todos. Dejemos de contratar rebeldes e insujetos para dirigir la Alabanza en la Casa de Dios; evitemos que fuego extraño suba hacia el trono del Señor. Santidad, Rectitud y Obediencia son parte de la “Adoración en espíritu y verdad” que busca el Padre. David lo escribió de esta forma:


"¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
El recibirá bendición de Jehová,

Y justicia del Dios de salvación" Salmo 24:3-5

Apóstoles del Reino, Pastores del Señor; exijamos ya a nuestros salmistas, cantores, intercesores y profetas la sujeción y la obediencia que nos demanda la Palabra a todos en la Casa de Dios. Cerremos filas a la insujeción y enseñémosle a ellos y al pueblo que la adoración nunca será verdadera adoración si no está vestida con el manto del respeto a la autoridad, de la sujeción a las coberturas del Señor y de la obediencia total a los principios de gobierno del Reino de Dios.
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. I Samuel 15:22-23

¡Antes de levantar altares de adoración en América, pongamos en orden la Casa del Señor!


R.A.M.C.U.

RED APOSTOLICA DE MINISTERIOS CRISTIANOS UNIDOS

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